miércoles, 24 de agosto de 2011

El Amor: ¿Es Suficiente?

No, el amor no es suficiente.

Porque cuando amamos, somos corazón… pero también somos mente.

Porque somos humanos y cometemos errores. Perdonar no es fácil.

Porque tenemos sueños… ¿Existirán los empates en su partido contra el amor?

Porque el amor va más allá del tiempo y el espacio, pero nuestro cuerpo puede estar en un sólo lugar.

Porque amar es caminar de a dos… ¿Entonces hay que caminar al mismo ritmo?

Porque cuando se ama se crean expectativas, y por lo tanto, también decepciones.

El amor no es suficiente, pero alcanza.

Nos da vida, nos llena el alma, nos conmueve y nos hace sonreír.

Aunque no sea suficiente, alcanza.

Alcanza para seguir...

Alcanza para brillar...


martes, 16 de agosto de 2011

Cosas que Extraño de la India

Increíble. Pero así es. A veces extraño. Y de India también.

1. El Dahi - Yogur casero que se compra por kilo en la panadería a aproximadamente 4 pesos/ 1 dólar el kilo.

2. Las lentejas amarillas. Gracias a Mona por la receta, una vez que las aprendí a cocinar fueron el plato más cocinado en mi cocina. En Buenos Aires todavía no las encuentro.

3. Viajar en riksha (el de la bici). Cuando recién llegué al país me parecía algo criminal, trabajo de esclavos. Con el tiempo los aprendí a querer... Lo que daría hoy por uno de esos viajecitos!

4. El vendedor de cocos. Un señor de varios años (imposible adivinar cuantos),  de bajos ingresos y dientes rotos, con el que no podíamos hablar más de 5 palabras por cuestiones de idioma. Sin embargo, un gran amigo. Se acordaba exactamente como me gustaba el coco. Me conseguía especialmente un vaso para que me pueda tomar el agua mientras cortaba el coco para llevar. Y si pasaba por su "negocio" (un carrito de madera en la calle) sin comprar nada... Me saludaba de lejos y me regalaba la mejor de sus sonrisas.

5. Sunny. El Sol de la oficina. Es el chico que nos servía el chai (té) a las 10, a las 12 y a las 16 horas. Una de las personas más lindas que conocí en India (lindo por dentro) y uno de mis mejores amigos. Era el único que se daba cuenta cuando tenía un mal día (o el único que me preguntaba - creo que es imposible que alguien a mi alrededor no se dé cuenta cuando tengo un mal día - los demás se debían de hacer los tontos nomás). Me alegraba siempre con sus sonrisas, me acompañó a mi casa varias veces para que no me vuelva sola en la noche y rezó por mi cuando se lo pedí. Y todo esto a pesar de una importante barrera de idioma.

6. Las infinitas oportunidades para pedir deseos. En cada templo, en cada esquina.

Y a pesar de que extraño algunas cositas, siento que se acabo. Que ya está. Que me esperan otras cosas, en otros lugares. Extrañar es simplemente un reflejo de que un poquito de India se quedo adentro mío. Y si pienso que está adentro mío… entonces ya no extraño más!