viernes, 7 de agosto de 2009

Parathas con Sal*

*Paratha es un tipo de pan en la india, bastante parecido al pan árabe, pero distinto.

En mi trabajo en India me toca viajar prácticamente todas las semanas del mes. Si decido ir a visitar algún sitio turístico durante el fin de semana, entonces más aun. En promedio, debo haber tomado aproximadamente 6 aviones y 4 trenes por mes, teniendo en cuenta que la mayoría de los sitios a donde voy, no tienen conexión directa con el destino de donde parto.

Creo que nunca como hoy me di cuenta de la importancia de tener plata. Y no hablo de tener plata en el banco, o plata en dólares por si las dudas, ni tarjetas de debito o de crédito… hablo de plata de verdad, en moneda local y en la billetera, en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de la vida cotidiana. Hoy aprendí que no se puede confiar más en los cajeros automáticos, que tal como indica la Ley de Murphy, cuando más se los necesita, te fallan.

Hoy tenía que tomarme un tren a las 14:05hs. Por razones diversas, eran las 13:30 cuando hice el check out del hotel y con tal de apresurar el trámite, entregue cordialmente casi todos los billetes que quedaban en mi billetera. A las 13:40 intente sacar plata del ATM (Cajero Automático) ubicado en las premisas del hotel, pero desafortunadamente, el ATM estaba roto… grrrrrrr…

Contando cuidadosamente los billetes que me quedaban, averigüe cual sería el precio justo del viaje a la estación de tren. Luego salí a la calle y me subí a uno de los famosos auto-rikshas sin siquiera negociar el precio – absoluta violación de todos los principios de ser extranjera en la India-, dado que no había ni tiempo para discutir, ni plata para pagar más que el precio anteriormente averiguado (i.e. 50-55 Rupees - poco más de un dólar). Subida al riksha, y rogándole que aumente la velocidad para no perderme el tren, el chofer me pregunta si yo quiero que me deje adentro o afuera de la estación, aclarándome que entrar a la estación costaría unos 80 Rupees. Sin pensarlo ni un segundo y en mi muy buen hindi, le informe al chofer cálidamente que mejor me deje afuerita, que no tenia plata, mas allá de los 50 Rupees que había reservado para pagarle a el. Hubiese estado bueno tener la cámara lista en la mano para captar la cara del chofer cuando le dije que iba a pagarle solo 50 Rupees… Pobre señor… no estaba preparado para la sorpresa: ser blanca en este país implica que hay que pagar al menos el doble del precio justo, salvo arduas negociaciones antes de adquirir el servicio/producto. De todas maneras, estaba preparada para el shock del chofer, y tenía preparados 5 Rupees extra, como margen de negociación, jajá!

Llegada a la estación, con mochila, cartera, y una valija mediana de unos 16 kilos, me despedí del amigo chofer a las corridas y busque en los carteles de la estación el número de plataforma de donde saldría mi tren: “Plataforma 4”. Y hay días que son así, que nadie juega en tu favor… “Plataforma 4” quiere decir que hay que subir la mochila, la cartera y la valija por 3 pisos de escaleras, caminar 100 metros, y bajar de nuevo los bultos 3 pisos para llegar a la correspondiente plataforma. Y si alguno está pensando que si no hay ascensor, rampa, o escalera mecánica… sigan soñando, que en india todavía hay que eliminar demasiada pobreza antes de que las estaciones de trenes sean equipadas con semejante tecnología.

Sin embargo, en India la tecnología puede ser reemplazada por los hombres, ya que los hay en gran cantidad… En las estaciones de tren, y con el único fin de facilitar la carga de valijas de plataforma a plataforma, hay unos señores llamados “kudli” que por una suma módica – unos 10 a 40 Rupees por valija, te llevan la valija. Es un servicio excepcional, disponible en todas las estaciones de tren a lo largo y ancho del país… Pero claro, como la mayoría de las cosas en India, el precio está sujeto a regateo y negociación, y el servicio no resulta tan amigable a 5 minutos de que parta el tren, y con 15 Rupees en la billetera.

Apenas llegada a la estación, uno de los tales “kudli” se me acerco para ofrecer llevar mi valija por 40 Rupees… Confieso que si hubiese tenido plata no lo hubiese dudado, incluso sabiendo que es el doble del precio del mercado. Luego de una breve ronda de negociación con el kudli:

- Kudli: Rs.40,

- Yo: Rs.10

- Kudli: Rs.40

- Yo: Rs.10

- Kudli: (se fue y me dejo sola con las valijas)

Así que corrí a las escaleras, subí la valija los tres pisos (cabe resaltar que también tenía puestas sandalias con taco plataforma de 10cm), camine los 100 metros, baje los bultos por las escaleras los tres pisos, y afortunadamente, el tren aun estaba ahí y me subí a mi vagón, y encontré mi asiento.

Dado el apuro de salir del hotel, tampoco había almorzado, así que me apure a comprarme algo rápido en la estación, y por 11 Rupees me compre dos yogurts.
Eran las 14:05, arranco el tren, y me quedaban 7 Rupees en la billetera.
A las dos horas, por supuesto, me agarro hambre.

Pasó el vendedor de chai (5 Rupees)… y pensé: tomaría un chai, pero me quedarían solo 2 Rupees y seguiría con hambre. Entonces pasó el vendedor de papas fritas… y pensé: el paquete sale 15 Rupees… no me alcanza. Luego paso el vendedor de samosas (empanadas indias)… pensé: son fritas, picantes, y encima salen 15 Rupees… A todo esto el hambre se había acelerado, y decidí averiguar con mis amigos de India cuales son los alimentos que me podría comprar por 7 Rupees, arriba del tren. La investigación resulto negativa, ya que nada de las cosas que podrían conseguirse por menos de 7 Rupees estaban siendo ofrecidas por los vendedores ambulantes de mi tren.

Ahora si, 7 de la tarde, ya casi muerta de hambre me fui a la cocina del tren (muchos de los trenes tienen un vagón “Pantry” donde preparan comida y té). Llegada al “Pantry”, me arreglé para preguntar a uno de los mozos, nuevamente en mi esplendido idioma hindi “Que me puedo comprar por 7 Rupees para comer?”. La respuesta inicial fue “nada”. Por suerte tengo una sonrisa persuasiva, así que tal mozo me llevo a hablar con el cocinero, a quien le repetí mi pregunta:

- Tengo solo 7 Rupees en mi billetera, que puedo comer?

- Cocinero: “NADA”.

Pero como además de la sonrisa, soy muy perseverante, me acerqué al cajero. Entonces, el cajero cedió… y me vendió dos Parathas, con sal.

Lección del día: Salir a tiempo y llevar siempre mucho efectivo en la billetera. Nunca sabes para que lo podes necesitar. De lo contrario, vas a terminar comiendo Parathas con sal.